En una audiencia realizada el jueves se reveló la posibilidad de que César Nicolás “El Japonés” Monteros (24 años) haya estado involucrado de alguna manera el homicidio del puestero del Mercofrut, Luis Granito (64 años). El joven, que recibió un disparo en la pierna durante la balacera en la que una banda asesinó al comerciante, pasó de ser considerado víctima de lesiones leves a ser imputado por homicidio criminis causae, delito cuya expectativa de pena es prisión perpetua. ¿Monteros pretendió quedarse con el negocio de la víctima?

Pasado y progreso

Según trascendió en ese debate, el imputado supo ser changarín en el puesto de Granito y de su esposa. Trabajó poco tiempo para ellos y después lo hizo para otros comerciantes. En marzo sorprendió a todos en el mercado cuando abrió su propio puesto de ventas, el cual ubicó prácticamente al frente del de la víctima.

Según la sospecha de la auxiliar fiscal Luz Becerra, de la Fiscalía de Homicidios II que está a cargo de Carlos Sale, desde esa posición, Monteros, quien ya conocía internamente el negocio de Granito, podía observar todos los movimientos y determinar un momento preciso para que sus presuntos cómplices atacaran.

Un indicio

El hecho ocurrió el 30 de marzo. Según la acusación Facundo José Alejandro “Seso i’ Pollo” Lazarte (20 años), Eduardo Antonio Coria (19), un menor apodado “Lolo” (15) y otros dos sujetos irrumpieron cerca de las 22 en el local de Granito y le exigieron a su sobrino, que estaba contando el dinero, que les entregara la recaudación. Como hicieron disparos para amedrentar a los presentes, Granito se puso delante de un adolescente de 13 años que estaba barriendo el puesto para protegerlo y recibió un disparo en la región lumbar de la espalda. Los ladrones tomaron la recaudación (no se estableció el monto) y huyeron haciendo más disparos. Un policía que prestraba servicios adicionales acudió al lugar y disparó también contra los agresores, que lograron escapar.

La esposa de Granito, que estaba en la bodega del local, salió cuando la situación se había calmado y vio a su marido agonizando. Rápidamente llamó al 911 y cargó a Granito en su auto para llevarlo a un hospital. Mientras estaba en el estacionamiento del Mercofrut vio que Monteros había sido herido por uno de los proyectiles y lo subió a su vehículo para que los médicos también lo asistieran. Según lo que la mujer le manifestó a los investigadores, en ese momento el lesionado le dijo: “señora, le juro que yo escuché los tiros y fui para ayudarlos”. Nadie le había pedido una explicación y a la testigo le pareció raro que le dijeran algo así sin poder mirarla a los ojos.

En el hospital se confirmó el deceso de Granito y a Montero se le dio el alta médica tras algunas curaciones. La viuda del puestero le mencionó a la Fiscalía que en ese momento ocurrió otra rareza. Una mujer, allegada al ex changarín, se habría jactado de tener fotos de los autores del crimen, pero cuando la viuda le pidió su colaboración, esa persona le habría dicho que ya había borrado las imágenes.

Pruebas

Al ser detenido, uno de los acusados habría “cantado” que “no era justo que el ‘Japonés’ ahora aparezca como víctima”. A raíz de esa declaración se profundizó la pesquisa. Los puesteros que atestiguaron el hecho y que por temor no habían querido hablar se fueron ablandando. Algunos reconocieron a los acusados al ver un video del crimen y otros mencionaron que un par de horas antes del hecho habían visto que “Seso i’ Pollo” y “Lolo” estuvieron con el “Japonés” en su puesto. Esos últimos testimonios reforzaron fuertemente la denuncia de “Capullo”, el hermano de “Lolo”, quien habría asegurado que segundos antes del asalto Monteros les habría dado la señal de que las víctimas estaban contando el dinero del día: “ahora vayan que hay poca gente”.

Con todos esos elementos, la auxiliar Becerra pidió la prisión preventiva para Monteros. El juez Sebastián Mardiza dio lugar a la medida por dos meses, tiempo en el que se espera poder corroborar los presuntos mensajes que el “Japonés” habría intercambiado con los demás imputados. Al analizar esas conversaciones la hipótesis fiscal podría precisar si Monteros pretendió simplemente sacar una parte del botín del asalto, o si buscó además debilitar a su competidor para que su flamante puestito ganara más terreno en el Mercofrut.

Defensa

“Lo que no cambia hasta aquí es que Montero recibió un disparo en su pierna durante un asalto ¿se supone que sus presuntos cómplices lo hirieron? No existe un argumento hasta ahora para sostener eso”, planteó el defensor oficial Diego Molina Franco. El profesional consideró que no había pruebas suficientes para que su representado pasara de ser considerado una víctima más del hecho a un posible coautor de un delito gravísimo. “La acusación está partiendo de los dichos de otro imputado, que por cierto ya se mencionó que son jóvenes con problemas de adicción. Por otro lado, la misma viuda de Granito mencionó que Montero le dijo que pretendió ir a ayudarlos”, remarcó.

Molina Franco había pedido que no se prive de la libertad a su defendido y que, en caso de creer necesario su arresto para el desarrollo del proceso, que se le otorgue la prisión domiciliaria, algo que no ocurrió. Por eso impugnó el fallo.